No electrocuten la Patagonia

Sorprende todavía más que según las proyecciones de la empresa Endesa, el consumo de electricidad per cápita de Chile sobrepasará al de California para 2020, e incluso al de todo Estados Unidos diez años después....


Por John Wilson, consejero de la Comisión de Energía de California
OBSERVATORIO MEDIOAMBIENTAL

No es ninguna novedad que Endesa, la empresa de energía eléctrica más grande de Chile, está planificando la construcción de cuatro mega centrales hidroeléctricas en Patagonia, dos en cada uno de los ríos más importantes de la región, Baker y Pascua, a un costo de 2.500 millones de dólares. Según los planes de Endesa, su construcción está programada para comenzar el 2008, y la primera central -Baker 1, de 680 MW- empezaría a funcionar el 2012. Tampoco es primicia que la empresa chilena Transelec, filial de la canadiense Brookfield Consortium, pretende construir la mayor línea de transmisión del mundo, de 2.000 kilómetros de largo, a un costo de 1.500 millones de dólares, atravesando siete regiones para unir estas centrales al sistema interconectado nacional en Santiago.

Lo que sí es noticia es que un análisis preliminar de las razones con las que se pretende justificar la construcción de estas centrales, indica que las premisas en las que se basan son erróneas: en primer lugar, que la demanda energética nacional continuará creciendo a un promedio de 6,5% anual por los próximos 25 años, y, en segundo lugar, que el costo de las represas alcanzará aproximadamente a 1.000 dólares por kilovatio. Por decir lo menos, ambas suposiciones son cuestionables.

Endesa basa sus cifras sólo en estimaciones recientes, período durante el cual se ha dado una demanda particularmente alta, mientras que los precios han sido especialmente bajos. Debido a esta misma demanda, éstos han comenzado a subir y los consumidores reaccionarán negativamente al aumento de los precios que provocarían proyectos multimillonarios, tales como los propuestos en la Patagonia.

Y, en términos de estimaciones, sorprende aún más que según las proyecciones de Endesa, el consumo de electricidad per cápita de Chile sobrepasará al de California para 2020, y al de EEUU el 2030, ¡superando así al país con el más alto consumo de energía eléctrica per cápita del mundo!

Una razón por la cual podemos estar seguros que los planes de Endesa no son una solución a las necesidades energéticas de Chile es su enorme subestimación de los costos.

Endesa afirma que estos proyectos pueden ser realizados por 1.000 dólares/kw., pero expertos en hidroelectricidad dicen que el precio promedio de las grandes centrales hidroeléctricas es por lo menos el doble. Los costos de muchos proyectos, especialmente aquellos en áreas distantes con mínima infraestructura previa y desafiantes condiciones climáticas (¿Patagonia?) han alcanzado costos cercanos a cuatro veces la estimación de Endesa (¡o sea, el proyecto de Endesa podría terminar costando 10.000 millones de dólares!). Con precios tan altos es probable que la demanda bajaría, pero esconder estos costos hasta que las represas hayan sido construidas y los ríos destruidos, y sin dar tiempo para que en Chile se alcance a realizar un debate profundo sobre desarrollo energético y las alternativas a los mega proyectos, es ventajoso sólo para Endesa.

Existen mejores modelos. A principios de los años setenta, California vio escalar su demanda energética hasta 7% anual, en un momento cuando el acceso restringido al petróleo significó el aumento de los costos de generación. En vez de permitir que las compañías construyeran nuevas fuentes con elevados costos, el estado decidió administrar cuidadosamente la demanda, y equilibrar todos los nuevos proyectos de abastecimiento de electricidad con los potenciales de ahorro de energía. El resultado es que después de 30 años el crecimiento de la demanda de electricidad de California se estabilizó en una tasa menor a 2% anual, mientras que la economía se mantuvo creciendo a un ritmo constante de 4% anual. En otras palabras, California logró desacoplar el crecimiento de la economía del crecimiento de la demanda energética. Algo a lo que Chile, y cualquier país, debiera aspirar.

Si Chile sigue un camino semejante no necesita electrocutar la Patagonia -uno de los lugares más prístinos y bellos del planeta- para satisfacer sus necesidades energéticas.

Digamos las cosas por su nombre: las mega represas no son la solución para las necesidades energéticas de Chile. Las cuatro represas en los ríos Baker y Pascua serían sólo el comienzo de la instalación de un enorme negocio hidroeléctrico privado explotando los ríos de la Patagonia, porque tampoco es noticia que Endesa, sin haber pagado un peso por ellos, posee la mayoría de los derechos de agua en todos los ríos australes y desea, con ansiosa premura y a cualquier costo, utilizarlos. Pero, lo que en este caso es bueno en términos comerciales para Endesa es muy malo en todo sentido, para Chile.

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