
Fuente: La Estrella de Chiloé
Futa Wapi Chillwe - 930 mil hectáreas conforman el territorio de Chiloé. De ellas 622 mil corresponden al bosque nativo, un recurso con el que subsiste gran parte de la población insular.
Durante años, los bosques han sido aprovechados por los chilotes como principal fuente de energía. De hecho un estudio que data del 2003, realizado por instituciones internacionales, da cuenta que la provincia consumía, en ese entonces, 723 mil metros cúbicos leña al año.
Con el fin de lograr un uso sustentable del recurso en Chiloé, recientemente comenzó a trabajar en la provincia un grupo de profesionales bajo el alero del proyecto "Leña, energía renovable para la conservación de los bosques nativos del sur de Chile", financiado en gran parte por la Comisión Europea.
La iniciativa está integrada por una serie de acciones que tiene como principal objetivo generar un Sistema Nacional de Certificación de Leña, que permita dejar atrás los problemas como la contaminación ambiental y la utilización indiscriminada del recurso.
PLAZOS
Como parte de este proyecto, además se contempla crear un Consejo de Certificación de Leña para la provincia de Chiloé, Cocel, que estará integrado por actores públicos y privados. Para ello, ya se han fijado algunos plazos, por lo que la creación de este organismo no debería pasar de octubre.
Pero, en qué consiste esta iniciativa. Según Raúl Bertín, secretario técnico del Cocel, la idea es trabajar sobre toda la cadena de la leña, desde la producción, transporte, comercialización hasta el consumo final.
Es por esto que en la última etapa se trabajará con una campaña de sensibilización con el fin de lograr una demanda de leña seca y certificada. Para materializar estos objetivos un equipo, según la nomenclatura del Cocel, de "extensionistas", integrado por dos profesionales asesoran a productores de la provincia divididos en dos áreas geográficas, norte y sur.
PLANES
Cada uno de ellos trabaja con 10 productores, los que se incrementarán en igual número a lo largo de la duración del proyecto, para finalizar con un total de 100 personas. "De forma gratuita nosotros realizamos planes de manejo a los pequeños propietarios forestales y luego los asesoramos en la ejecución de estos planes", indicó Felipe Aravena, encargado de la zona sur de la provincia.
Otras de las acciones que desarrolla este grupo de profesionales es acompañar a los productores en los planes de secado de leña, además en la concreción de infraestructura para dichos fines, así como para el acopio de la producción.
Desde el 2003, un grupo de instituciones privadas y públicas desde la región del Bío Bío a Aysén ha aunado esfuerzos para generar un Sistema Nacional de Certificación de Leña. En las comunas de Temuco y Osorno ya se ha probado con éxito esta iniciativa, según lo manifestado por Carlos Fuentealba, presidente del organismo.
A juicio del profesional, el proyecto involucra dos aspectos relevantes para la sociedad, como una mejora en las condiciones económica de los involucrados, pero además una utilización del recurso que permita un uso responsable del bosque. Y con ello, establecer una mejor relación con el medio ambiente que posibilite la conservación de las especies.
BENEFICIADOS CONFIAN EN EL PROGRAMA
20 son los productores que en la primera etapa del proyecto están recibiendo asesoría por parte del Consejo de Certificación. Un gran porcentaje pertenece a la Federación de Comunidades Huilliche de Chiloé.
En este sentido, Carlos Cayún, presidente de la agrupación valoró el trabajo del proyecto, ya que a juicio del líder huilliche permitirá a los productores formalizar sus negocios.
"Además, nos ayudará a una buena conservación y manejo del bosque nativo, que de una u otra forma es nuestra magia del sur", indicó el dirigente, agregando que "tenemos cinco años de trabajo con los que esperamos mejorar la calidad de vida de nuestras familias".
Si bien, para Cayún, este proyecto es importante, no tendrá los resultados esperados si las autoridades no toman cartas en el asunto y aprueban la Ley del Bosque Nativo, que regulará la actividad. "Hoy tenemos la Ley forestal, pero no es tan determinante como lo será la del bosque nativo", acotó.
DEMANDA
Otro de los participante en el proyecto es Yuri San Martín, productor de leña de Llicaldad, que en el último tiempo ha entregado a sus compradores sólo el producto seco y que incluso ha incursionado en una nueva modalidad.
En algunos locales comerciales del centro castreño, se pueden apreciar pequeñas bolsas que contienen dos kilos de astillas secas que forman parte del trabajo del este agricultor. "Yo tenía mi proyecto propio antes que llegara este, pero sin duda se ha convertido en un apoyo importante, sobre todo en lo que tiene que ver con la comercialización", afirmó el vecino castreño.
Para el productor, el futuro de la leña seca es auspicioso, ya que de acuerdo a su experiencia con el producto el consumidor cada vez más seguirá demandando el recurso con estas características. "La gente se va a acostumbrar y va a seguir solicitando leña seca", comentó.
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