Articulista señala que propuestas en Cochabamba son radicales y utópicas. No podía esperarse otra cosa que una publicación así apareciese en un medio, cuyos escritos históricamente han servido como instrumento constante para formular la cara política e ideológica de una dominación económica en sus distintas fases de expansión.
Ojalá algunos de esos circulos se eduquen y logren reinventarse y tengan algo de altruismo para tratar temas que son trascendentales...
Por Mapuexpress
Articulista Carlos Martines, de la Corporación Oikos, escribe en el Blog del Diario La Segunda, del Empresario Agustín Edwards, dueño también del Mercurio, señala que propuestas son radicales y utópicas. Lo utópico, es seguir creyendo que el modelo que ellos han mantenido, promueven y defienden, podrá seguir proyectándose, ya que es absolutamente inviable e inverosímil.
Las industrias extractivas, más allá de lo que no pueden ver los empresarios capitalistas, que es la fuerza y la espiritualidad que existe en la madre tierra, en la naturaleza y de lo que significa destruir su ser y esencia, y que son bienes, hay una cuestión de sentido común que quizás en algún momento los haga entrar en razón: Los recursos Naturales, como los llaman ellos, son limitados, su sobre explotación están causando desequilibrios y contaminación y eso no puede continuar así, se está llevando a abismos a las grandes mayorías, hay un calentamiento global y su consecuencia es el cambio climático a causa de ese modelo.
Eso no es progreso, no es desarrollo, es lucro insaciable de unos cuantos, es desproporción, es avaricia, es maldad, es maltrato, es violencia, es codicia, es no creer en nada que se parezca a un Dios, como sujetos creyentes que ellos dicen ser.
Se justifican diciendo que Dios ha puesto sobre la tierra esos recursos para ser explotados y crear riquezas. Dicen que está bien explotar, está bien desplazar a las poblaciones de su vida rural y matar sus fuentes de vida y que es justificable contaminar y destruir, porque hay un interés general o nacional o público ¿Cuál interés general? ¿El de sus bolsillos?.
Esto no tiene nada que ver con creencias religiosas ni menos con “nacionalismos”. Si hubiese un interés general, público, colectivo, popular, lo primero que hacer, es priorizar las economías locales, donde se asegure la alimentación de las poblaciones. La gente el día de mañana no va a comer oro, ni pinos, ni hidroeléctricas.
Chile y el planeta en general está viviendo un estado de emergencia y es prioritario asumir una economía que se base en la diversidad, en la inter conectividad, en el dinamismo, en la inteligencia, en el respeto, en las oportunidades, en la solidaridad. Una economía que no destruya, sino que de vida y oportunidades.
A modo de referencia, en uno de los diarios de Agustín Edwards, uno de los principales poderes fácticos del mega saqueado estado chileno, un articulista dice sobre la cumbre en Bolivia: “Más allá de las legítimas demandas de pueblos originarios y la deuda que los estados puedan tener con ellos, sólo vemos propuestas radicales y utópicas, sin posibilidad alguna de transformarse en programas que permitan a miles de habitantes de zonas indígenas acceder a una mejor calidad de vida, salud, educación. Lamentablemente, hoy muchos pueblos indígenas están viviendo en el barro, cuando bajo él hay una mina de oro, que puede contribuir a su bienestar y al de su país".
El articulista en el Blog de la segunda, señala que los indígenas que viven en barro, abajo de sus pies quizás tengan oro y que podría contribuir a su bienestar y del País.
El “profesional” omite por ejemplo que, para cubrir los caprichos de oro en joyas de sus patrones, esa mina de oro que señala, para producir un anillo, el promedio de residuo de roca fue de 3 toneladas destruidas. En general un anillo genera toneladas y toneladas de desechos. Además, la minería de oro es sin duda una de las industrias más sucias del mundo.
Utiliza cianuro, genera montones de desechos y tóxicos, deja una cicatriz permanente en las comunidades y paisajes. Más de la mitad de todo el oro del mundo proviene de territorios indígenas, minas de oro han desplazado a comunidades sin su consentimiento y han destruido maneras tradicionales de ganarse la vida. Han sido sistemáticos los asesinatos colectivos y mayores los empobrecimientos. ¿Eso es bienestar?
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Articulo de referencia: "Eco-indigenismo"
Ojalá algunos de esos circulos se eduquen y logren reinventarse y tengan algo de altruismo para tratar temas que son trascendentales...
Por Mapuexpress
Articulista Carlos Martines, de la Corporación Oikos, escribe en el Blog del Diario La Segunda, del Empresario Agustín Edwards, dueño también del Mercurio, señala que propuestas son radicales y utópicas. Lo utópico, es seguir creyendo que el modelo que ellos han mantenido, promueven y defienden, podrá seguir proyectándose, ya que es absolutamente inviable e inverosímil.
Las industrias extractivas, más allá de lo que no pueden ver los empresarios capitalistas, que es la fuerza y la espiritualidad que existe en la madre tierra, en la naturaleza y de lo que significa destruir su ser y esencia, y que son bienes, hay una cuestión de sentido común que quizás en algún momento los haga entrar en razón: Los recursos Naturales, como los llaman ellos, son limitados, su sobre explotación están causando desequilibrios y contaminación y eso no puede continuar así, se está llevando a abismos a las grandes mayorías, hay un calentamiento global y su consecuencia es el cambio climático a causa de ese modelo.
Eso no es progreso, no es desarrollo, es lucro insaciable de unos cuantos, es desproporción, es avaricia, es maldad, es maltrato, es violencia, es codicia, es no creer en nada que se parezca a un Dios, como sujetos creyentes que ellos dicen ser.
Se justifican diciendo que Dios ha puesto sobre la tierra esos recursos para ser explotados y crear riquezas. Dicen que está bien explotar, está bien desplazar a las poblaciones de su vida rural y matar sus fuentes de vida y que es justificable contaminar y destruir, porque hay un interés general o nacional o público ¿Cuál interés general? ¿El de sus bolsillos?.
Esto no tiene nada que ver con creencias religiosas ni menos con “nacionalismos”. Si hubiese un interés general, público, colectivo, popular, lo primero que hacer, es priorizar las economías locales, donde se asegure la alimentación de las poblaciones. La gente el día de mañana no va a comer oro, ni pinos, ni hidroeléctricas.
Chile y el planeta en general está viviendo un estado de emergencia y es prioritario asumir una economía que se base en la diversidad, en la inter conectividad, en el dinamismo, en la inteligencia, en el respeto, en las oportunidades, en la solidaridad. Una economía que no destruya, sino que de vida y oportunidades.
A modo de referencia, en uno de los diarios de Agustín Edwards, uno de los principales poderes fácticos del mega saqueado estado chileno, un articulista dice sobre la cumbre en Bolivia: “Más allá de las legítimas demandas de pueblos originarios y la deuda que los estados puedan tener con ellos, sólo vemos propuestas radicales y utópicas, sin posibilidad alguna de transformarse en programas que permitan a miles de habitantes de zonas indígenas acceder a una mejor calidad de vida, salud, educación. Lamentablemente, hoy muchos pueblos indígenas están viviendo en el barro, cuando bajo él hay una mina de oro, que puede contribuir a su bienestar y al de su país".
El articulista en el Blog de la segunda, señala que los indígenas que viven en barro, abajo de sus pies quizás tengan oro y que podría contribuir a su bienestar y del País.
El “profesional” omite por ejemplo que, para cubrir los caprichos de oro en joyas de sus patrones, esa mina de oro que señala, para producir un anillo, el promedio de residuo de roca fue de 3 toneladas destruidas. En general un anillo genera toneladas y toneladas de desechos. Además, la minería de oro es sin duda una de las industrias más sucias del mundo.
Utiliza cianuro, genera montones de desechos y tóxicos, deja una cicatriz permanente en las comunidades y paisajes. Más de la mitad de todo el oro del mundo proviene de territorios indígenas, minas de oro han desplazado a comunidades sin su consentimiento y han destruido maneras tradicionales de ganarse la vida. Han sido sistemáticos los asesinatos colectivos y mayores los empobrecimientos. ¿Eso es bienestar?
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Articulo de referencia: "Eco-indigenismo"
1 comentario:
Hay demagogias de proporciones tan descomunales que pasan al ámbito del surrealismo, son imposturas al límite de lo diabólico, cinismos que necesitan algún superlativo.. Este es el caso de la la cruzada internacional a favor del medio ambiente y de la “madre tierra” que intenta presentar como su nueva identidad ideológica el señor Evo Morales, inciativa que tiene una consistencia ética parecida a una convocatoria de Osama Bin Laden a la Paz mundial.
La producción de hoja de coca, sustento político, económico, y principal fuente de legitimidad presidencial, ha experimentado un crecimiento geométrico desde 2006, incluyendo el cultivo en áreas protegidas, y es responsable de la mayor devastación de las tierras fértiles en Bolivia desde que los conquistadores españoles decidieron acabar a plan de incendios el manto vegetal altiplánico. A la esterilización producida por el arbusto, que imposibilita cultivos posteriores y que ocupa según estimaciones 50 000 hectáreas, se deben agregar la la inmisericorde vertida de miles de litros de residuos altamente tóxicos de acido sulfúrico, cal viva y otros químicos, derivados de la masiva producción de cocaína que a migrado de sus lugares de producción en el oriente a zonas peri urbanas y rurales del occidente.
Esta devastación es gravísima e ilustra la hipocresía de un gobierno que vocifera sobre el agua como un derecho humano, por ejemplo, pero que permite que la minería transnacional contamine como nunca los acuíferos del altiplano y como en el caso de San Cristóbal en pocos años habrá consumido por si sola tales cantidades que habrá convertido el sur de Bolivia en un desierto hasta debajo de la superficie.
El “sagrado” lago Titicaca se ha convertido en una cloaca producto del derrame de aguas servidas que ha crecido sin que se haya definido una política pública sobre esta problemática que ha confinado la presencia piscícola a las áreas de granja y a las especies que aun toleran esta contaminación. En el carnaval de Oruro, bajo la etiqueta de respeto a las “culturas ancestrales” miles bailaron haciendo sonar instrumentos musicales y exhibiendo vestuarios hechos con especies en extinción sacrificadas expresamente ignorando no solo las leyes sino los ruegos de organizaciones medioambientalistas y ciudadanos.
Ufano de su relativo y disminuido apoyo electoral, el gobierno seguirá sembrando las canchas de futbol de todo el país de césped sintético para que armonice con alfombra de basura plástica que acompaña al viajero a lo largo de todas las carreteras y que es la cotidianeidad de la mayoría de los pueblos, e incluso de ciudades como Oruro y Cochabamba. En esas condiciones presentarse como el gran medioambientalista es una desfachatez alevosa e inaudita, una indecencia grotesca.
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