Nadie que no sea de los ubicuos y serviles de siempre, se deja engañar respecto a la real razón de tanto desprendimiento. O favorecen a sus propios trabajadores, o desarrollan acciones que les rebotan a ellos, como el parque elevado al interior de la planta, la plaza en las afueras de la portería, el jardín japonés en los patios de las oficinas, o hacen “favores” a la comuna (a las autoridades) que les retornan con creces por otro lado, a veces desconocidas por la comunidad.
Ahora, alguien con el maquiavelismo propio de los ambiciosos, inventó la campaña “un techo para un vecino”, pero no con el patrimonio multibillonario de Angelini, sino con el aporte de Casas para Chile y los aportes de mano de obra de los trabajadores, como una forma de demostrar su altruismo.
En Nueva Aldea construyeron 5 mediaguas con cinco equipos de diversas áreas de la empresa, en Constitución, sólo una en Los Molinos. Que hubieran aportado mas trabajadores en Constitución, para que la empresa se luzca con los dineros del estado, habría sido una comprobación de que los trabajadores son tontos, con los abusos que se han hecho con ellos,.
Ya hace tiempo atrás, se les bajó el sueldo a los trabajadores previo acuerdo, porque los precios de la celulosa habían bajado, y para salvar las “exiguas utilidades” sin recurrir a despedir gente, los trabajadores accedieron a rebajarse el sueldo y mantener la fuente laboral. El acuerdo era que después cuando se recuperaran los precios, se les subiría el sueldo al nivel anterior. No tienen para que adivinar los lectores lo que ocurrió, hasta el día de hoy siguen negociando desde el nivel que tienen, los aumentos y mejoramientos de sueldo. Lo curioso, para la mayoría que todavía cree en la buena voluntad de los empresarios, es que un vecino que lleva años viviendo en la playa en una casa de desechos, no sea beneficiado con un techito.
En otro aspecto, poco se ha sabido de las negociaciones de las autoridades y los ejecutivos de Celco, por el tema de los pescadores disidentes de los pagos a los sindicatos. El Intendente y
Es una incógnita en que va a terminar la guerra de la contaminación, que promete ampliarse, con la irrupción de los jóvenes de algunas organizaciones inorgánicas, que actúan fuera de la institucionalidad vigente por principio.
Fuente: periódico La Ciudad de Constitución. Enviado por Héctor Iturriaga Puga, de Constitución.
Publicado en No A La Celulosa
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