CELCO niega responsablidad en Mataquitos y busca reactivar la planta

Firma afirmó que derrame de ese líquido de hace 2 semanas no llegó al cauce.

LICANTÉN.– El gerente corporativo de Celulosa Arauco y Constitución S.A. (Celco), Charles Kimber, descartó que el derrame de "licor negro" que se produjo hace dos semanas desde la planta Licancel haya sido la causa de la mortandad de peces en el río Mataquito, por cuanto el tóxico nunca alcanzó el cauce.

El ejecutivo admitió que durante 31 horas se vertieron al río residuos industriales líquidos (riles) que excedían los parámetros de contaminantes permitidos. No descartó que esa anomalía fuera la causa del grave daño ecológico. Kimber admitió que una vez detectado internamente que los riles excedían la norma debió detenerse el funcionamiento de la planta. "La omisión -dijo- motivó el reciente despido de tres gerentes"...

En su opinión, el vertimiento de riles al río Mataquito del pasado lunes fue "un accidente". Dijo que se espera llegar a un acuerdo con las autoridades para reactivar el funcionamiento de Licancel. Actualmente se construye una nueva planta de tratamiento de riles, continuándose con la paralización de actividades hasta su puesta en funciones, en septiembre próximo.

Celco registra una pérdida US$ 3,5 millones al mes por la paralización de la planta.

El alcalde de Licantén, Héctor Reyes, recibió ayer Charles Kimber y al nuevo gerente de Licancel, el ingeniero civil eléctrico Félix Hernaiz Blau, funcionario de Celco desde 1988. "Aquí hay trabajo gracias a Licancel, pero eso no quiere decir que avalemos la contaminación en el río Mataquito", dijo el edil.

La Corema aceptó el plan de contingencia exigido a Celco para evitar que las lluvias rebasen las piscinas con riles. Los líquidos serán trasladados a la laguna Agua Fresca, la más periférica de la industria.

Según Kimber, no existen ductos de descarga clandestinos, por lo que se intenta revertir la exigencia de la Dirección General de Aguas (DGA) de destruir el difusor que conduce los riles al río y el conducto de captación de aguas desde el curso fluvial. "Esperamos que los ductos no se destruyan, porque sería una gran pérdida económica y pondría en riesgo el funcionamiento de esta planta", afirmó.

Licancel posee una autorización de la DGA que data de 1992, cuando le fue otorgada a la firma suiza Cellullose Aphisholz, antigua dueña de la planta, adquirida por Celco en 1999. "Eran permisos de la DGA para la construcción de obras hidráulicas. Conversaremos con ellos para ver cómo regularizar esta situación", sostuvo el ejecutivo.

Publicado en Economía y Negocios de El Mercurio
Por Fredy Aliaga

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